Me estoy mareando

lunes, agosto 14, 2006

Mi querida España, esta España mía, esta España nuestra...



Para Sylver.







Ya estoy en casa!!!!!
Es curioso cómo ccuando uno viaja al extranero se pasa el día pidiendo disculpas, dando las gracias o diciendo OK. Es similar a cuando entras a trabajar en una nueva empresa y das las gracias hasta por las grapas.

Después de horas de colas en todas partes, cacheos, registros, ir descalzo por los controles policiales, observar cómo hacen que una madre de familia prepare la leche en polvo de su hijo delante de los policías y se la beba, torturarme con el hilo musical de ryanair ( mi sobrina aporreando el xilofón es una delicia comparado con esas melodías), retrasos varios sin explicación etc ya estoy en Barcelona.
Si tengo que elegir entre Londres y Viena, me quedo con ésta última sin pestañear.
El tiempo en ambas ciudades es muy parecido así que no me iría a vivir a ninguna de ellas, detesto llevar paraguas por lo que terminaría con una pulmonía doble en cuatro días.


Pero vayamos por partes.

Durante mis primeras horas en Viena pensé que tantos años de academia de inglés no habían servido para nada. Visualicé a mi madre poniendo una de sus caras de: "ay señor, con lo que cuesta la cuota de la academia y tu saltándote las clases". El caso es que los austríacos hablan un inglés con un acentazo alemán que asusta y hace que no te enteres de nada y que tampoco te entiendan a ti. El sabio consejo de mi prima, que me recomendó hablar en italiano me devolvió al mundo de los humanos y por fin conseguí hacerme entender.
Aquella primera noche descubrimos que a los autríacos les chifla Juanes y se pasan el día cantando "La camisa negra" y "A Dios le pido". Pero la mayor de las sorpresas fue escuchar en una pizzería varios temas de Isabel Pantoja.



Viena es una ciudad que puedes visitar en un par de días, al menos en esta temporada. Los transportes públicos son muy austeros, pero muy eficientes, cada cuatro minutos dispones de un metro en cualquier parada.
En los museos y palacios no hay colas, por lo que te ahorras un precioso tiempo que puedes invertir tomando cafés o Imperial tortes en algunas de las cafeterías más prestigiosas de la ciudad.
Visitamos los palacios de Sissi, no me extraña que esa mujer estuviera continuamente enferma con tantas habitaciones, jardines y pasillos por recorrer terminaría el día agotada, tanto como yo, que amanecí con fiebre en nuestro segundo día de vacaciones. La foto muestra una de las paellas en las que Sissi preparaba sus guisos, además de visitar sus aposentos el palacio alberga una enorme exposición de todo tipo de vajillas y cuberterías en oro y porcelana en su mayoría, algunas de las cuales se siguen utilizando. En general, se respira un aire rancio que enternece y todo.

Estuvimos en la casa de Mozart, que si teneis intención de visitarla algún día os defrudará un poco. En primer lugar porque parece ser que Mozart se mudó unas 14 veces de casa en Viena (yo voy por el mismo camino). La casa que promocionan es un edificio de tres plantas aunque el músico y su familia solo habitaron en una. No hay muebles y lo poco que hay expuesto son reconstruciones imaginarias, puesto que no se sabe cómo estaban distribuídas las habitaciones. Al final del recorrido, como en cualquier palacio, museo o exposición para turistas, terminas en las tiendas de souvenirs que en su mayoría etsán dedicadas exclusivamente a Sissi y Mozart.

Con los tiempos que corren no fue de extrañar que en la sinagoga judía nos hicieran un exámen para entrar. En cuanto cruzas la puerta principal aparece un señor que te pide la documentación. La repasa una y cien veces y con su mirada es capaz de hacerte sentir culpable de los mayores males de este mundo. Seguidamente pasas la entrevista: que cuándo llegaste a Viena, que si traes algun regalo para la comunidad, si has venido en grupo o por separado, en qué hotel te alojas, por cuántos días, cómo conociste la sinagoga, por qué pretendes visitarla etc etc. El buen hombre solo sabe hablar inglés, alemán y hebreo (supongo) así que en nuestro caso tuvo que repetir varias veces algunas de las preguntas. Yo por si las moscas y siguiendo los consejos de mi madre decía a todo que no.
Una vez termina el interrogatorio pasas al registro. El buen señor mete su mano en la mochila y la regira sin contemplación alguna, en esos momentos pensé que debería haberme llevado un boñigo de vaca o caballo en la mochila, para reirnos un rato con la broma y hacer más agradables esos momentos de tensión.
Finalmente pasas el detector de metales y te conducen a otra sala donde un señor (el guía) mucho más simpático te recibe y te ofrece uno de esos gorritos que llevan los judíos, sin el que los hombres ni pueden entrar en el templo.




El Sr García insistió en que no hiciéramos caso de la guía, que recomendaba usar algunas prendas de abrigo en nuestra estacia. Así que aterrizamos en Viena como si lo hiciéramos en Hawai, solo que tiritando de frío. No hubo más remedio que ir de compras. El Graben es una de las calles comerciales más bonitas que he visto jamás, muy similar al Portal del Angel de Barcelona pero sin aglomeraciones. El Sr Zara, H&M, Chanel(foto), Gucci, y otras marcas se concentran en el mismo tramo. Ni que decir tiene que con nuestro presupuesto terminamos en....H&M, que como ahora lo promociona Madonna es lo más de lo más.




En nuestro último día dimos con la plaza del ayuntamiento, en la que encontramos varios chiringuitos de comida extranjera. En el stand español se mezclaba la paella con las enchiladas, los nachos con queso y nuestras famosas tapas. atentos al plato de tapas variadas que ofrecían, ese mejillón parece tener poderes paranormales.
Aunque lo más sorprendente fue descubrir un restaurante español llamado Paco's en el que te clavaban unos bonitos 18 euros por una jarra de sangría o 48 por una botella de cava Rondel.



Mañana o pasado.....Londres.

5 Comments:

At 7:44 a. m., Blogger The Walking City said...

Willkommen zu Hause!

¿Estás entonces bajo el típico shock que supone volver a España después de haber salido fuera de vacas? Suerte teneis de que en Viena se hable tb. inglés, porque en Berlín no, así que no veas el esfuerzo que me ha supuesto poner en práctica mi alemán... Sin duda Viena está en la lista de ciudades europeas pendientes de visitar.

 
At 8:40 a. m., Blogger joseSTEREO said...

me encanta tu actualización, está en la línea de artículos y programas de viaje de la tele, me gusta que me cuenten todo

en viena no he estado pero me da que debe ser carísimo. Anhelo tu crónica londinense, sobre todo ahora que vuelvo en septiembre y después de lo que ha pasado...

paranoico estoy!

 
At 7:23 p. m., Blogger sweet and sour hot y spicy said...

que bueno ke te la hallas pasado bien por esos lares. y con eso de la comida, pues siempre és así cuando de va uno de viaje no??
ahora que te felicito por no entrar a un mcdonalls o un burguer king...
y estoy de acuerdo contigo con eso del acento de miedo que tienen esos cuates....
ok en espera de Londres..

 
At 8:22 p. m., Blogger sony said...

oye pues me da mucho gusto que estés de vuelta en tu país y en tu casa, y lo del aeropuerto, como decimos aquí en México: ya tienes una aventura para contarle a tus nietos.

Que envidia que hayas conocido la casa de Mozart y todos esos lugares tan interesantes, y qué risa me dió lo del mejillón superdotado! jajajaja!, qué ocurrencia jajaja!.

Enchiladas mezcladas con paella?, sí, de hecho acá en América los que hacen eso son los "gringos" (estadounidenses), quienes, sobretodo en las películas donde supuestamente están en México (para ellos México es Tijuana, pobrecillos) y cuando los protagonistas aparecen, de inmediato se escucha un paso doble o se les ve vestidos de bailarines de flamenco, o cosas por el estilo, pero bueno, asi son ellos, que le hacemos.

 
At 10:00 a. m., Blogger El Calentito said...

I Like it!! me ha encantado tu viaje a Viena... A mi me gustaría ir para conocer la ópera.

 

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