Nuestro segundo cerebro

Soy incapaz de quedarme dormido sin haber escuchado antes algún programa de radio. Escojo los más aburridos, donde hablen mucho, al final tanto blablabla me deja hipnotizado.
Hace unos días escuché una entrevista a no recuerdo quien que dijo algo así como que internet se ha convertido en nuestro segundo cerebro. Ya no es necesario que nos esforcemos por memorizar nada, ya que en cualquier momento internet nos da la información al instante. Por otro lado, delegamos tanto en nuestros ordenadores que muchas veces dejamos que un e-mail sea el portador de buenas y malas noticias.
Esta mañana, en el tren, de camino a mi trabajo, dos chicas hablaban sobre cómo una de ellas había sido abandonada por su novio, con el que salía desde hace unos meses. Su despecho era enorme y aunque la chica era un poco "jo tía" ha logrado enternecerme. Con esa manía que tengo de escuchar conversaciones ajenas no he podido resistirme a agudizar mis oídos al máximo para enterarme de todos los detalles.
Mi deprimida compañera de viaje contaba que hacía días que no sabía nada de su novio, desde el fin de semana pasado, cuando se despidieron después de la fiesta en ABC (una discoteca de horteras). Después de muchas llamadas y mensajes dió con él en el messenger y el chico harto de tanta insistencia decidió explicarle los motivos de su desaparición. Ya no la quería, desde la fiesta se había dado cuenta de que está más a gusto con sus amigos que atado a ella. La amiga que atendía toda su historia atónita no dejaba de mostar su asombro.

- Joder tía, no me puedo creer que haya cortado contigo por messenger! no tiene valor para verte la cara?.
- Pues creételo, aqui tengo la prueba, he imprimido toda la conversación y la llevo en el bolso para enseñársela también a la Lali, que va a flipar mogollón! Después de todo esto quien se ve con ganas de aprobar la selectividad, tía?

En esos precisos segundos me dieron ganas de leer todos los folios que sacó la chica del bolso (que no eran pocos).

- Lee y te enteras del resto, ves como no podía contarte nada por teléfono?

Enseguida me he dado cuenta de lo más importante. Llevaba el testimonio fresco y escrito de la ruptura, ya no hacía falta que contara su versión de los hechos, una copia de la conversación haría el trabajo por ella, aportando más veracidad al asunto.

Hasta ahí hemos llegado??