SALIR EN LA FOTO

Es muy habitual ver a espontáneos en las fgotos o imágenes d evideo ajenas. Siempre me han provocado risa y lástima esos personajes que se ponen detrás del reportero de televisión, sonríen, hacen muecas, saludan a los espectadores....deprimente, verdad?. Te hacen recordar aquellos tiempos en los que hacerte una fotografía era todo un lujo y la gente se colaba en las ajenas, como es el caso de la foto que os muestro.
Con la llegada de la televisión, las cámaras y los reportajes en directo la nueva moda es invadir el plano y llamar por teléfono a todos los parientes y conocidos para que sintonicen el canal de turno y le den al botón del "rec" de sus vídeos. Después están todos los que ante una desgracia se acercan a la cámara porque ellos conocen a las vícitimas o a los agresores y, o bien creían que se trataba de una familia muy normal e incluso discreta, o por el contrario, todo esto ya se veía venir porque él es un borracho y mu mala gente. Inmediatamente después de hacer sus declaraciones son los que preguntan: "Y esto en qué cadena lo echan?".
Cuando llegan a casa y lo comentan con su familia, hablan del tema alucinados, cuentan todo tipo de detalles y siempre sueltan aquello de: "A ver si ahora me van a fichar en la tele, Mari!".
Ultimamente está muy de moda llevarse la cámara digital a la discoteca, solo hay que ir a cualquiera del Maremagnum o a algún antro de moda del raval para comprobarlo. Después esas buenas amigas te pasan las peores fotos de la noche, las hacen correr entre el resto para reirse de la cara que hacía Fulanito/a con aquellas seis copas de más.

Todavía hay gente que se hace fotos con el coche nuevo (aunque no sea suyo), con la tele que se han comprado, con aquella paella que hicieron en su casa de campo. Este último caso me hace mucha gracia, nunca he entendido esa manía de algunos, de fotografiar la comida, especialmente la paella, es el plato más fotografiado seguido de las zarzuelas de marisco y las parrilladas dec carne la enseñan a todo el mundo, la decoran para la ocasión con los langostinos formando una estrella, todo muy llamativo y geométrico. Cuanto más marisco, más nivel adquisitivo se supone que tienen los comensales, no?
En los años 40-50 no todo el mundo podía comprarse un coche y mucho menos hacer paellas domingueras. La mujer de la foto posa orgullosa en el lomo del caballo, como si hubiera nacido cabalgando y la de la esquina usurpa su gran momento, en busca quizá de un poco de protagonismo. Otra posibilidad es que la entrometida esté esperando su turno para subir al caballo y que le echen una foto, en el fondo me parece una estampa muy tierna.
He de decir que a mi jamás me ha gustado ver los álbumes de fotos que se hacen mis amigos en sus viajes y tampoco presto mucha atención a los que me hago yo. Los que me conozcan bien, saben que este tipo de rituales post-vacacionales me aburren y me saturan por lo que trato de abreviarlos cuanto puedo.


Besitos con tele-objetivo.