No tenía pensado actualizar hoy, quizá habría escrito algo esta noche, cuando me siento un poco más inspirado o tranquilo pero el accidente de Valencia me ha hecho cambiar de opinión.
Como muchos ya sabreis este mediodía la línea 1 del metro de Valencia ha sufrido un grave accidente en el que dicen, han fallecido 34 personas, posiblemente más.
Muchos de mis amigos y familiares residen allí. En casos como éste es inevitable pensar que quizá haya alguien cercano afectado.
Llamas por teléfono, envías algún que otro sms y en algunos casos, la respuesta, la confirmación de que ellos están bien tarda en llegar. Piensas que es lógico, que a esas horas están todavía trabajando y es posible que ni siquiera se hayan enterado del suceso, cualquier justificación basta para reducir el pesimismo. Por fin, contestan, están bien, todos están bien, incluso recibes noticias de personas menos allegadas que también están a salvo. Te alegras y respiras más hondo de lo que lo has hecho en las últimas horas. Esta noche dormirás tranquilo, tu entorno más inmediato también, tu mundo sigue igual que esta mañana, que ayer sin que nada haya alterado tu ritmo de vida.
El tramo de estaciones afectado es bastante céntrico por lo que muchos a estas horas se sentirán afortunados de no estar allí, de pensar que en otras ocasiones han realizado el mismo trayecto, de haber decidido no coger el metro esta mañana.
Pero.....no puedes evitar pensar en los que están al otro lado, los que sí han perdido a alguien, los que todavía no saben nada de algún familiar o amigo, los que tienen a alguien herido y viven la angustia de las primeras horas.
En las noticias dicen que un equipo de psicólogos están atendiendo a víctimas y familiares. Siempre me he preguntado qué les deben decir porque yo, por mucho que piense no encuentro ningún argumento, ninguna palabra mágica que alivie el dolor. Seguramente el consuelo no sea el objetivo principal, seguramente se trata de controlar y canalizar emociones, de poner orden en la confusión, de asumir los hechos....pero, cómo? Existen palabras para eso?
Piensas en la fragilidad del ser humano, en cómo unos segundos, unos minutos, un paso de más o de menos puede condicionar nuestro destino, dar un giro que quizá ya estaba escrito, pero del que nadie podía saber nada.
De seguir en esa línea, el miedo y la tristeza se apoderarán de tu mente y no te lo puedes permitir. La vida tiene cosas maravillosas, que son igualmente imprevisibles y por las que debemos continuar.