Me estoy mareando

sábado, mayo 13, 2006

Gente de noche



Marina es una chica italiana afincada en Barcelona, con dos hijos. La conozco porque siempre sale acompañada de un tío que intentó ligar conmigo hace algunos años y darme una bofetada después. Salí de la discoteca muerto de la risa de su cutre-técnica para el filtreo y eso le sentó mal, ahora nos llevamos bien. El tío en cuestión no sé como se llama, bueno, lo sé, pero debo tener su nombre en algún rincón de mi cerebro y no lo encuentro.
Marina tiene un acento italiano precioso y se lo digo siempre. Ella sonríe al verme entrar y me ofrece su copa, sabe que llego sediento y me pierde la lentitud de algunos camareros.
Su amigo se ha echado un novio insolente, pesado y agresivo, de esos que van montando pollos por todas partes porque se sienten indignados con el mundo y todos sus habitantes. Las broncas de esta pareja suelen incluir amenazas de ruptura, lágrimas y mucho victimismo por ambas partes. Marina me mira y me dice que ese chico no le gusta para su amigo, me lo ha dicho muchas veces, pero me lo repite otra más por si algún día pasa algo, pueda recordar sus palabras.
Sylver echa un vistazo al local, buscando gente que conozcamos, que nos caiga bien o de la que debamos huir. Si no hay algún ex o amigos de un ex (estos son los peores) estamos de suerte. Yo sigo hablando con Marina, me pregunta por mis dos únicos viajes a Italia, el de estudios y el de placer, se ríe mucho con algunas anécdotas y le gusta que se las cuente de nuevo.
Es hora de marcharnos, siempre tenemos prisa, ya nos han visto bastante en ese bar y ahora toca otro.
A veces me gusta imaginar qué tipo de vida lleva Marina, a qué se dedica, en que barrio vive, cuántas veces viaja a Italia... En mi imaginación ya ha sido publicista, restauradora de cuadros, enfermera, agente de viajes, trapecista, productora de televisión, empresaria, madam etc. También ha tenido varios maridos y algún amante que no la supieron valorar. Viene de buena familia con casa en el Adriático. Se hizo un lifting hace muchos años y ahora pasa hasta de la crema hidratente. Acompañando a su amigo por todas las discotecas gays de Barcelona no espera encontrar a su príncipe azul, pero está atenta a cualquier novedad que se produzca en el local.
Ninguno de estos daros son reales, solo están en mi cabeza, por eso siempre prometo tener una conversación más larga y profnda con ella, ese bonito acento bien lo vale.

Nota: No hay foto de Marina, creo que no le gustan y yo tampoco soy de los que va con una cámara los viernes por la noche así que pondré lo primero que encuentre en google.

3 Comments:

At 1:32 a. m., Blogger joseSTEREO said...

"Su amigo se ha echado un novio insolente, pesado y agresivo, de esos que van montando pollos por todas partes porque se sienten indignados con el mundo y todos sus habitantes."

Esa frase me encanta, es que me veo superreflejado... Pero no te preocupes que en mi vida no hay lágrimas ni dramas

 
At 4:13 p. m., Blogger Prote0 said...

Lo del amigo "insolente, pesado y agresivo" me suena a gay con problemas de aceptacion. A mi me costo "sangre, sudor y lagrimas", pero al final me siento lo suficientemente libre como para no odiar al mundo por ello. Lo importante es aceptarse y quererse como uno es.

Los melodramas, en las pelis. En la vida real, mejor un final a lo Scarlet O'Hara en "En lo que el viento se llevó": "Pongo a Dios por testigo que no volvere a dormir solo ni una noche mas", jeje

Un besote

 
At 4:47 a. m., Blogger The Walking City said...

Yo tengo en casa desde hace 2 meses y medio a la mitad amable de una de esas parejas con novio insolente, pesado, agresivo, chantajista emocional, etc. etc.

 

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