Cenicientas por un día
Una costumbre o manía que tengo cuando viajo, es encender el televisor en cuanto llego al hotel y muchos se horrorizarán al ver que malgasto parte de mi tiempo en contemplar una pantalla con programas que no entiendo. Y tienen razón......pero como en Viena la vida nocturna fue nula pude aprovechar esas horas de insomnio para deleitarme con la programación austríaca.
A través de la MTV alemana descubrí un programa especial dedicado a Paris Hilton, muy en la línea del que han hecho con la familia Osborne pero con algunas diferencias.

La idea es someter por unas horas a la pobre Paris al estilo de vida de una familia normal americana, con un trabajo estable y sin todos esos lujos de los que ella disfrutará a diario sin tener que mover una pestaña. Paris y su mega-pija amiga Nicole viajan de un lado a otro hospedándose en el seno de familias más bien acomodadas, en hogares que poco tienen que ver con los grandes hoteles y mansiones.
Como ver a Paris intentando hacerse una tortilla o poniendo una lavadora puede resultar curioso pero aburrido en sí, llenan el resto del espacio poniéndolas a trabajar. En el programa que yo vi, Paris y su compinche asistían a una reunión con la que iba a ser su jefa de sección, que por supuesto tenía una cara de mala leche y un humor de perros. Mientras la buena mujer explicaba en qué iba a consistir su trabajo, ellas terminaban de maquillarse y ajustarse sus modelitos. El contraste entre la empleada y ellas era evidente. Mientras aquella supervisora aparecía con un poco disimulado bigote y un traje de espanto, ellas lucían plumas y modelos exclusivos.
Una de sus funciones era la de barrer los restos de estaño que caían del trabajo de otros operarios, a los que por supuesto llevaban locos con sus juegos, sus ganas de diversión y su desmotivación por todo. Cada una de sus "travesuras" era reprimida por la jefa-ogro que las reñía y cambiaba de tarea. Ellas se reían, simulaban trabajar durate algunos minutos, se quejaban de lo duro que era sujetar una escoba y volvían a mofarse de sus superiores.
Ni que decir tiene, que muchas de las ridículas escenas que protagonizan las chicas malas están más que preparadas para que resulte sorprendente verlas barriendo o fregando platos. Posiblemente esa jefa gruñona no fuera más que una actriz en su papel de patrona desalmada con bigote y aspecto de marimacho.
Sus pocas dotes como actrices y su falta de naturalidad dejaban claro que todas sus acciones no eran para nada improvisadas y ni siquiera salían de sus lindas y repeinadas cabecitas, seguramente un buen equipo de guionistas se encargaba de todo esos detalles.
Inmerso en uno de esos ataques de frivolidad llegué al final del programa, la idea en la que está basado me entusiasmó durante algunos momentos, pero resulta curioso cómo un programa así pueda tener tanto éxito y que petardas como las hermanas Hilton se muestren como ejemplo de un estilo de vida al que muchos quieren llegar.
De esta manera, no nos ha de extrañar, que futuras generaciones no quieran ir al colegio o aprender a atarse los cordones de los zapatos, puesto que algún día ellos serán como Paris Hilton y no necesitarán saber nada de eso.
No voy a ser yo quien se ponga a reflexionar sobre la educación de nuestros hijos, además, reconozco que soy incapaz de resistirme a una buena dosis de superficialidad, así que.....estoy deseando ver algún capítulo más en España.